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Juan José Arreola

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Juan José Arreola Zúñiga (Zapotlán el Grande —hoy Ciudad Guzmán—, Jalisco, 21 de septiembre de 1918 - Guadalajara, Jalisco, 3 de diciembre de 2001) fue un escritor, académico, traductor y editor mexicano. De formación autodidacta (nunca terminó la primaria) desempeñó los más diversos oficios a lo largo de su vida. Arreola pertenece a la generación del 50, que incluye a autores como Emilio Carballido, Rosario Castellanos, Sergio Magaña, Ernesto Cardenal, Jaime Sabines, Juan Rulfo, Rubén Bonifaz Nuño. Gracias a obras como Confabulario (1952), Bestiario (1959) y La Feria (1963) se le considera como uno de los impulsores más importantes del cuento fantástico contemporáneo en México así como uno de los máximos exponentes de la minificción mexicana, junto con Julio Torri y Augusto Monterroso.

Biografía

Hijo de Felipe Arreola y Victoria Zúñiga, Juan José Arreola fue el cuarto hijo de un total de catorce hermanos. Asiste desde los tres años al Colegio de San Francisco, escuela de monjas francesas, en donde comienza a tomar gusto por la literatura y por el conocimiento en general. Su infancia transcurre durante la Revolución Cristera. Trabaja como encuadernador con José María Silva, un pariente lejano, y posteriormente en la imprenta del Chepo Gutiérrez. Estos serán sus primeros acercamientos al “mundo editorial, las imprentas y el encuadernado fino”. Cumplidos los 15 años, el joven Arreola ya ha leído a autores como Baudelaire, Dante, Whitman, Emil Ludwig, Papini y Marcel Schwob.

A sus 18 años viaja a la ciudad de México para estudiar en la Escuela Teatral de Bellas Artes, en donde toma clases con Fernando Wagner. Para costearse las clases, Arreola se desempeña en diversos oficios, entre ellos el de actor de radionovelas de la XEQ.

Hacia 1939, trabaja como actor con Xavier Villaurrutia. En el mismo año deja la Escuela Teatral de Bellas Artes y comienza a trabajar con Rodolfo Usigli en la compañía Teatro de Medianoche. Tras una fallida gira en Celaya, decide regresar a Zapotlán, el 8 de agosto de 1940, donde publica su cuento “Sueño de navidad” en la revista El vigía. En este cuento el mismo Arreola encuentra influencias del cuentista ruso Leonid Andréiev.

En 1941, tras un par de viajes a la ciudad de México, sufre una congestión alimenticia y una infección intestinal, lo cual le acarreará una severa crisis de nervios que sufrirá eventualmente durante el resto de su vida. Ya en Zapotlán, forma parte de una compañía teatral, imparte clases en una secundaria y continúa escribiendo. Es por estos años que escribe “Hizo el bien mientras vivió” (1943), el primero de sus escritos reconocidos.

Viaja a Guadalajara, donde, en 1943 y por recomendación de su primo Enrique, se entrevista con Jorge Dipp, director del periódico El Occidental, en donde colabora escribiendo artículos y como jefe de circulación hasta 1945. Las páginas de El Occidental son un margen de la relación del autor con la literatura francesa.

En 1944, Louis Jouvet llega a Jalisco invitado por una colonia francesa. Juan José Arreola, declarado admirador del actor, se entrevista con él, quien le ofrece una beca del Instituto Francés de la América Latina, gracias a la cual, una vez terminada la guerra, el mexicano pudo asistir a diversos espectáculos teatrales en París. Tras una fuerte depresión, la cual, junto con el severo clima de Francia, le trajo mayores malestares en su úlcera, Arreola decide regresar a la Ciudad de México.

En 1946, ya instalado en México, trabaja como traductor, redactor y corrector en el departamento técnico del Fondo de Cultura Económica por recomendación de Antonio Alatorre. Traduce La isla de Pascua (1950) de Alfred Mátraux, El cine: su historia y su técnica (1950) de George Sadoul, El arte teatral (1951) de Gastón Baty y de Chavance, El arte religioso del siglo XII al siglo XVIII (1952) de Émile Male.

Ahí conoce a Daniel Cosío Villegas, quien publicó Varia Invención (1949), primer libro de Juan José Arreola editado bajo la colección Tezontle, cuya portada diseñó Juan Soriano. En un concurso para nombrar una colección de la editorial, Arreola resulta ganador tras proponer el nombre de Breviarios.

Simultáneamente trabaja en El Colegio de México, donde permanecerá tras ser despedido del Fondo de Cultura Económica. En este periodo escribe Confabulario publicado posteriormente en 1952 por la editorial Joaquín Mortiz.

En 1956, Arreola recibe la propuesta de dirigir una compañía teatral que sería patrocinada por Difusión Cultural de la UNAM. Arreola la llama Poesía en voz alta y representan obras de García Lorca, Ionesco, Octavio Paz, entre otros. Juan Antonio Rosado describe los objetivos de Poesía en voz alta de esta manera: "Tradición y vanguardia se fusionaron en Poesía en voz alta, cuya intención más importante fue volver a los orígenes del teatro a la palabra hablada, sin hacer a un lado el goce estético pero apartando ciertos rasgos antisolemnes que romperían con el convencionalismo imperante en el teatro nacional".

Nabor Carrillo, rector de la UNAM, invita a Arreola a hacerse cargo de La Casa del Lago, la cual se inaugura el 15 de septiembre de 1959, y se convertirá en un importante centro cultural de la siguiente década donde se realizarán lecturas de poesía, audiciones de música y de grupos corales y funciones de cine de arte que contribuyeron a la educación del público interesado, en su mayoría universitario.

Tras el cambio de rector, Arreola es destituido de la dirección de La Casa del Lago. Ante esto, se dedica a impartir clases en la escuela de Teatro del INBA y en el Centro Mexicano de Escritores. Además, es invitado a Casa de las Américas, en Cuba.

Víctima de una hidrocefalia que lo aquejó durante sus últimos años, muere a los 83 años en su casa en Jalisco; le sobrevivieron su viuda, tres hijos y seis nietos.

Obra

Características de su obra

Los textos de Juan José Arreola, influenciados por autores como Marcel Schwob, Julio Torri, Franz Kafka, Giovanni Papini, Jorge Luis Borges, Charles Baudelaire, tienen como características principales la brevedad, la ironía y la constante combinación de los recursos de distintos géneros literarios, como el cuento, la poesía y el ensayo.

Emmanuel Carballo hace hincapié en el sentido irónico de estos textos: “desarrollando contrastes, poniendo ejemplos ­– fábulas-, saltando de lo lógico a lo absurdo y viceversa, dejando escapar sigilosamente la ironía, Arreola ha venido construyendo un nuevo tipo de cuento”. En otro ensayo, el crítico mexicano continúa: “su trayectoria literaria se podría resumir así: la ingenuidad que deviene sapiencia, la alusión que se convierte en ilusión, el plano vertical que se torna plano oblicuo”.

En cuanto al uso que hace Arreola de la concisión, Seymour Menton menciona que “dentro de esta difícil y compleja brevedad el escritor camina a sus anchas, porque sabe captar la esencia de las personas, las cosas y las acciones, porque no pretende realizar una pintura sino un aguafuerte, un grabado”. El mismo Juan José Arreola consiente de esta virtud en sus textos, habla de su capacidad de reflejar a la naturaleza humana a través de “anécdotas que ponen en evidencia lo mismo cualidades que defectos. La anécdota viene a ser solamente el pretexto para capturar una partícula del ser humano”.

En lo que refiere a los temas que abarcan la obra de Arreola, el autor los engloba en el drama del ser individual, incluyendo de esta forma al aislamiento, la soledad, la convivencia y la imposibilidad del amor. De este último, la crítica ha puesto especial atención: “el tema del amor es capital en su obra: va del idealismo adolescente a una visión aterradora y caricaturesca de la mujer, cifra y símbolo de la enajenación, el dolor y la muerte”. La severidad con el que trata el tema de la mujer le valido, junto con Julio Torri, la etiqueta de autor misógino.

A pesar de que la literatura fantástica sufre del prejuicio de estar desentendida de la realidad en la que se desenvuelve el creador, en Juan José Arreola se encuentran diversos cuentos, como “El guardagujas”, en los que “revela que está constantemente preocupado por el verdadero sentido del mundo en que vive”.

Cuentos

  • “Gunter Stapenhorst” (1946)

Es una plaquette perteneciente a la Colección Lunes que dirigían Pablo y Enrique González Casanova. Es el primer cuento de Juan José Arreola, en el que dispone un guion de los que se escribirá medio siglo después. Trata acerca de las imaginaciones de un arquitecto alemán en los años hitlerianos, pero predominan los estudios críticos sobre temas literarios, cinematográficos, teatrales y artísticos.

  • Varia invención (1949)

Es el primer libro de Arreola cuyo título viene de un soneto de Luis de Góngora “varia imaginación”. En esta obra fluye una devoción por la literatura española del Siglo de Oro, sin embargo, se distingue la herencia de Julio Torri y Efrén Hernández en la creación de muchas voces sonoras provenientes de distintas esferas del lenguaje.

La obra ha sido reeditada cuatro veces y, en todas, el autor ha cambiado el orden: trasladó a otros libros algunos textos (“Nabónides” pasará en 1966 a Confabulario), corrigió y pulió los cuentos.

  • Confabulario (1952)

Incluye: Parturient montes, En verdad os digo, El rinoceronte, La migala, El guardagujas, El discípulo, Eva, Pueblerina, Sinesio de Rodas, Monólogo del insumiso, El prodigioso miligramo, Nabónides, El faro, In memoriam, Baltasar Gérard, Baby H. P., Anuncio, De balística, Una mujer amaestrada, Pablo, Parábola del trueque, Un pacto con el diablo, El converso, El silencio de Dios, Los alimentos terrestres, Una reputación, Corrido, Carta a un zapatero que compuso mal unos zapatos.

Sobre esta obra escribe el propio Arreola lo siguiente: es "la tentativa de resolver una serie de influencias y de maneras en una fórmula personal. Ésta es, dicho en pocas palabras, la condensación, la poda de todo lo superfluo, que me ha llevado a castigar el material y el estilo hasta un grado que, en dos o tres piezas, puede clasificarse de absoluto. Este afán me ha arrebatado muchas páginas: textos que tenían veinte o diez cuartillas llegaron a tener tres y una. Cuando logré condensar en media página un texto que media varias cuartillas, me sentí satisfecho".

  • Palíndroma (1971)

Incluye: Palindroma: Tres días y un cenicero, Starring all people, Hogares felices, Para entrar al jardín, Botella de Klein, El himen en México. Variaciones sintácticas: Duermevela, Profilaxis, Receta casera, De un viajero, La disyuntiva, Ciclismo, Astronomía, Historia de los dos ¿que soñaron?, Balada, Doxografías.

  • Bestiario (1972)

Incluye: Bestiario: El rinoceronte, El sapo, El bisonte, Aves de rapiña, El avestruz, Insectiada, El carabao, Felinos, El búho, El oso, El elefante, Topos, Camélidos, La boa, La cebra, La jirafa, La hiena, El hipopótamo, Cérvidos, Las focas, Aves acuáticas, El ajolote, Los monos.

En este libro Arreola realiza un estudio analítico de distintos animales a los que atribuye características humanas, recurso que sirve para proyectar una mirada irónica sobre el ser humano. Octavio Paz la describe como una obra perfecta.

El bestiario es heredero de una larga tradición que se remonta desde el filósofo Esopo y que también está presente la idea del bestiario de Jean de La Fontaine, los hermanos Grimm, Hans Christian Andersen, hasta llegar a Jules Renard.

Ensayo

  • La palabra educación (1973)

En este libro, Jorge Arturo Ojeda se ha esmerado en recopilar fragmentos de la prosa oral de Juan José Arreola (charlas informales, entrevistas, párrafos trasladados a la cinta magnetofónica o a la libreta de taquigrafía). En él se puede rastrear la trascendencia de la temática que preocupa a Arreola: vida, cultura, conciencia, los jóvenes, el maestro, la palabra. En esta publicación se expresan los puntos de vista del autor, relacionados con los problemas de la educación, la cultura y la superación del hombre.

  • Y ahora la mujer (1975)
  • Inventario (1976)

Es una selección de los textos que Juan José Arreola escribió para El sol de México, por invitación de Benjamín Wong Castañeda, director de dicho periódico. La columna se titulaba “De sol a sol” y apareció diario desde el sábado 8 de febrero de 1975 hasta el 10 de diciembre de 1976.

El libro contiene 150 textos (la tercera parte de los que publicó Arreola en el diario) con extensión de una cuartilla y media, a los cuales se les omitió la fecha y título con el que aparecieron en la columna original. Los temas son muy diversos, dada la vasta cultura del autor. Inventario fue publicado en 1976 por Grijalbo, inmediatamente después de que el jalisciense dejara de escribir en su columna.

Novela

  • La feria (1963)

Única novela, única novela escrita por el autor, “resume temáticamente y estilísticamente la obra completa de Juan José Arreola”. Compuesta de 288 fragmentos que pueden leerse independientemente sin dejar de formar parte de la totalidad, en La Feria se encuentran motivos costumbristas que denuncian la explotación a través del desfilar de las voces de los diversos personajes del pueblo.

La estructura de La Feria tiene sus antecedentes en Cartucho de Nellie Campobello y en Poil de carotte (Piel de zanahoria) (1984) de Jules Renard, textos considerados por la crítica como “minificciones integradas”, nombre dado a las “novelas formadas por fragmentos que nunca rebasan el espacio de una página”.

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